Parque Arqueológico Cochasqui
El Parque Arqueológico Cochasqui se encuentra ubicado a una altura de 3100 metros sobre el nivel del mar, ubicado en la provincia de Pichincha en el cantón Pedro Moncayo, parroquia de Tocachi. El parque cuenta con una extensión de 83.9 hectáreas en ellas esta distribuidas 15 pirámides, 21 montículos funerarios o tumbas y perteneció a la cultura Pre-Inca Quitucara. Las funciones primordiales de estas pirámides son tres: religión, astronomía y militar. Estas son las grandiosas ruinas de COCHASQUI.
sábado, 16 de abril de 2011
IMPERIO QUITU-CARA
En 1988 fue declarado "Parque Arqueológico de Investigación Científica Cochasquí"; El Gobierno de la Provincia de Pichincha, desde 1981, tiene bajo su custodia este Patrimonio Cultural del Ecuador. Se encuentra a 52 km de la ciudad de Quito cerca de las lagunas de Mojanda.
Constituye una representación arqueológica de la extinguida cultura de los Quitu-Cara, pueblo guerrero que desaparecieron con la llegada de los Incas al Ecuador.
Este sitio posee 15 ramplas como se les dicen aquí, son pirámides en formas de (T) Legadas, hace mas de 1500 años de historia del Ecuador antiguo.
Se aprecia en la plataforma de barro cocido ubicada en la parte superior de la pirámide 13, la evidencia de la huella humana de una pisada (pie derecho) realizada cuando el barro estaba aún fresco y con cualidades plásticas adecuadas para estampar dicha impronta.
En un lugar privilegiado con una vista hermosa rodeado de una bella vegetación y una fauna impresionante la cual nos permitirá de vez en cuando mirar algún oso, conejos, pumas o simplemente la famosa llama la cual está acostumbrada al increíble frio que hace en este mágico lugar. Al mirar a nuestro alrededor fácilmente podremos transportarnos hacia 1500 años atrás donde la Princesa Quilago reinaba en este lugar. Fueron bloques de cangagua y chocoto los materiales utilizados para la construcción de estas quince pirámides truncas, de las cuales nueve están provistas de rampa las que constituyen este gran parque arqueológico.las tumbas indígenas de planta redonda complementaron la estructura arquitectónica o urbana de la zona de lo que fue el centro de irradiación cultural y religioso o centro astronómico.
Todos estos años de historia encierran en Cochasquí, los valores prehistóricos registrados a través del tiempo nos han dejado evidencias tangibles e intangibles imposibles de ignorar, a pesar de haber pasado la conquista incásica y la conquista española, la época republicana y hasta la presente fecha Cochasquí se mantiene perenne en el tiempo como baluarte nacional. Este místico lugar invita a los visitantes a conocer el valor y coraje de nuestros antepasados que fueron los pilares de lo que hoy es la nacionalidad ecuatoriana, pues no en vano por diecisiete años esta zona fue cuna de la resistencia contra la expansión del imperio inca.
Cochasquí representa una formación social comunitaria, cuya organización política se basaba en señoríos étnicos, que agrupaban cacicazgos conformados por "Bulus, Ayllus y Asambulus". Cochasquí dice la historia estuvo regido por una mujer gobernadora a quien se llamaba Quilago o Quelago, pero hasta el momento este parque arqueológico de investigación científica todavía es un enigma para científicos y arqueólogos, pues algunos sostienen que el mismo fue un complejo habitacional para la clase elite indígena de la época, otros concuerdan que fue un verdadero observatorio astronómico y por otro lado, algunos dicen que fue un pucará o fortín para la defensa militar. A pesar de no tener un consenso sobre la funcionalidad original del complejo, se destaca la magia y energía que se siente en el lugar, lo que se complementa con la belleza escénica de su entorno que permite una visión de 240º para apreciar elevaciones como el Pambamarca, Pichincha, Cerro Puntas, Cotopaxi, Cayambe, Illinizas; también se observa los valles de los Chillos y Tumbaco, al igual que Quito y el Panecillo
Además se realizan encuentros de grupos como shamanes, médicos naturistas, nósticos, astrónomos y médicos bioenergéticas, además de las celebraciones en la temporada de solsticios y equinoccios. Este centro arqueológico también cuenta con dos museos en los que se exhiben piezas arqueológicas de dos periodos: Cochasquí I y II, además que se narra el proceso evolutivo del sitio.
Matriacado de Quilago
Quilago es un personaje bastante curioso. Su leyenda está presente en unos manuscritos que Montesinos adquiere en 1637 en la ciudad de Lima, punto obligado del itinerario que realiza por el Virreinato del Perú entre 1634 y 1644.
Ciento cincuenta años después de acontecidos los hechos, el dominico es uno de los cronistas más cuestionados por la poca veracidad de sus fuentes, y el prurito de hacer hasta lo imposible por ser reconocido por sus grandes dotes como clérigo y escritor.
Para la mayoría de los ecuatorianos, y más específicamente quiteños, Quilago es un personaje apenas conocido.
En entrevistas al azar, los quiteños atinan solamente a identificarla con una
princesa cayambi que peleó defendiendo su país ante el invasor inca, siendo por ello una de las iniciadoras de la nacionalidad ecuatoriana, concepto suficiente en estos tiempos nuestros de nacionalismo exacerbado y búsqueda alienante de símbolos patrios o patrioteros.
La zona de Cochasquí, de ascendiente cayambi, estaba gobernada por la princesa Quilago,
quien se había fortificado en los bancos al norte del río Quispe (Pisque), lista a detener el
avance de las tropas incas. Entre escaramuzas, batallas y negociaciones, durante dos años, Quilago y sus aguerridos guerreros, apoyados por el unificado señorío de Cayambi, detienen al invasor.
La leyenda nos relata que ella, a pesar de ser prisionera y del buen trato que le dispensó el Inca, nunca olvidó a sus compatriotas; por ello en confabulación con el Señor de Cayambi, refugiado con el grueso de su ejército después de varias derrotas en la zona Caranqui, urdió una trampa para el Hijo del Sol, Huaina Cápac. En efecto, conocedora de la atracción que el Inca siente por ella, lo invita a una recepción en su palacio, donde lo intenta seducir con un erótico baile, en el transcurso del cual haría caer en un pozo camuflado al Señor del Tawantinsuyo. Suponía que sin el Inca, como general en jefe del ejército, los sureños no reaccionarían rápido, y ante la confusión generada, las tropas cayambis atacarían exitosamente al desmoralizado ejército quechua.
Parque Arqueológico Cochasquí
La experiencia comenzó con el viaje desde la ciudad de Ibarra. Una vez en la carretera, cerca al complejo arqueológico, tuvimos dificultades para llegar ya que no existe servicio de transporte a pesar del atractivo turístico del sitio.
Al llegar, el personal del parque nos recibió de muy buena manera por lo que nos sentimos muy cómodos. La guía turística comenzó con la información acerca de las pirámides, indicando que en la zona se encuentran 15 pirámides y 21 montículos funerarios donde podemos observar como fue la vida en el periodo formativo, a continuación seguimos con el recorrido y la guía nos fue indicando cada pirámide y su historia relevante ya que en varios aspectos 3 de las pirámides son las que más llaman la atención por lo que contiene cada una de ellas.
Al llegar, el personal del parque nos recibió de muy buena manera por lo que nos sentimos muy cómodos. La guía turística comenzó con la información acerca de las pirámides, indicando que en la zona se encuentran 15 pirámides y 21 montículos funerarios donde podemos observar como fue la vida en el periodo formativo, a continuación seguimos con el recorrido y la guía nos fue indicando cada pirámide y su historia relevante ya que en varios aspectos 3 de las pirámides son las que más llaman la atención por lo que contiene cada una de ellas.
L a pirámide 5 es muy importante pues tiene la forma de escorpión y es una de las más grande, en cambio la 13 es la más visitada porque en la superficie podemos observar los calendarios lunar Y solar, que marcan los solsticios y equinoccios.
Desde la cima de la pirámide 10 podemos apreciar el Cotopaxi, el Guagua Pichincha, el Chimborazo, además se ve Quito, incluso El Panecillo.
Cochasquí era un sitio estratégico militar, religioso y astronómico.
En el recorrido pudimos entrar a una réplica de las viviendas tradicionales construidas con chocoto y cangagua.
La relación de la gente con la naturaleza fue importante. Un elemento que marcó la cultura de esta región fue el uso que hizo la gente del penco. El chaguarquero, especie de madero que brota en el penco maduro fue utilizado como soporte de las casas. Las hojas del penco eran utilizadas para obtener fibra para vestimenta y las púas servían como agujas. La bebida conocida como chaguarmishqui es muy similar a la elaboración del pulque mexicano.
Al igual que cuando llegamos, salir a la carretera fue difícil, por la falta de transporte.
Recomendaciones para ir al Parque Arqueológico Cochasquí:
ü Costo de la entrada al parque: 1 USD, incluye servicio de guía.
ü Los guías son originarios de la zona.
ü Utilizar ropa ligera y abrigada.
ü El recorrido dura 2 horas.
ü Llevar refrigerio. No hay restaurantes ni venta de comida.
ü Tener el número telefónico de una compañía de transporte para la entrada y salida del lugar.
ü Llegar a Tabacundo y contratar el servicio de camionetas. Costo del flete: 9 dólares la ida.
ü Desde Ibarra a Tabacundo se hace 1 hora 15 min.
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